Con
la llegada del iPhone 5, disponible en tiendas desde el viernes 28 de
septiembre, un nuevo
tipo de formato de tarjeta SIM aterriza en el mercado de la telefonía móvil:
la SIM 4FF (4th Form
Factor) también conocida como Nano-SIM. ¿Cuáles son las
características de este nuevo formato?, ¿cuáles son las ventajas e
inconvenientes del mismo? y, sobre todo, ¿cuál es el motivo por el que se ha
introducido?, son algunos de las preguntas a las que intentaremos dar respuesta
en este post.
El
nuevo formato de tarjeta SIM, propuesto por Apple en Mayo de 2011, tiene unas
dimensiones de 12.3 x 8.8 x 0.67 mm, lo que supone una reducción de un 40% con respecto al tamaño de
la Micro-SIM (o 3FF). El motivo que la empresa de Cupertino
adujo para promover el nuevo formato fue la necesidad de mayor espacio
disponible en el interior de la carcasa de los terminales, con el objetivo de
introducir nuevos componentes.
Este argumento ya fue
utilizado por Apple para adoptar el formato 3FF en el iPhone 4, aunque entonces
la diferencia entre la Mini-SIM (2FF) y la Micro-SIM suponía un ahorro de casi
200 milímetros cuadrados en un terminal que presentaba unas dimensiones iguales
que su antecesor, el iPhone 3G/3GS. Ahora, en cambio, la ganancia de espacio es de solo 70
milímetros cuadrados (menor que una uña del dedo meñique)
mientras que el iPhone 5
es 500 milímetros cuadrados mayor que el iPhone 4/4S. Esto,
unido a la constante mejora de los procesos de miniaturización de componentes,
hace que alguien se
pueda preguntar si era necesario introducir un cambio en el formato de la SIM.
Entonces, ¿cuáles son las ventajas de la
Nano-SIM con respecto a la Micro-SIM? Durante las negociaciones
para la estandarización del formato 4FF, donde había tres soluciones propuestas
(las otras dos procedían de Nokia y de RIM), se optó por el formato propuesto por Apple en base a su
mayor facilidad para proporcionar compatibilidad hacia atrás con los formatos
previos. Dicha compatibilidad sería proporcionada mediante el
uso de simples adaptadores, como los que se pueden ver en la fotografía.
Sin embargo, el formato 4FF también presenta una
serie de inconvenientes. El primero y más importante viene derivado del
cambio de grosor de la Nano-SIM con respecto a todos los factores de forma
anteriores. Ese cambio de grosor, de tan solo 90 micras (0.09 mm), ha provocado
la necesidad de un cambio en el proceso de fabricación de las tarjetas, tanto
en el plástico como en el propio chip. Cabe destacar, además, que el nuevo
proceso de fabricación es exclusivo de la Nano-SIM y no reutilizable para
ninguno de los formatos anteriores. Esto origina las consecuencias que se
listan a continuación:
- Aprovisionamiento dedicado de materia prima (chips y plásticos), complicando el proceso de producción de los fabricantes de tarjetas, así como la gestión de los pedidos por parte de los operadores (siendo necesaria la generación de previsiones de suministro más precisas).
- Maquinaria específica y de mayor complejidad tecnológica para el fresado de los plásticos y para el encapsulado de los chips.
- Aumento de los plazos de entrega.
- Encarecimiento, en definitiva, del producto en torno al 25%.
Otras de las desventajas que tiene el actual
formato de Nano-SIM (y que estaba mejor resuelto en las propuestas de Nokia o
RIM), es la dificultad para su manipulación durante la inserción y
extracción de la tarjeta en el terminal. Como consecuencia de esta
limitación, junto a la propuesta de formato de Nano-SIM se incluía la de una
bandeja “portadora” que facilita su manipulación. Está bandeja es muy
parecida a la que ya se utilizaba en el iPhone 4/4S, para manipular la
Micro-SIM y es la que se puede ver en la imagen de cabecera
Llegados
a este punto es interesante mencionar que Apple posee una patente sobre estas bandejas portadoras,
tanto para la Nano-SIM como para la Micro-SIM. Si bien es cierto que la
compañía dirigida por Tim Cook
ha prometido no exigir royalties a los fabricantes que utilicen
esa solución para la Nano-SIM.
¿Y
cuáles son las implicaciones para el usuario final? Parece claro que la principal
consecuencia que tiene la llegada de la Nano-SIM es la introducción de una barrera
para el cambio de terminal. La
adaptación artesanal de las tarjetas (de Mini-SIM o Micro-SIM a
Nano-SIM) está
francamente desaconsejada debido, sobre todo, al cambio de
grosor. A pesar de que haya algunos usuarios que nos enseñan como hacerlo en Youtuve, haciendo uso de un calibre digital (¿quién no tiene uno
en casa?) y papel de lija de grano fino, conviene ver el vídeo hasta el final y
no obviar la recomendación de despedida: “There
is not a guarantee that this will work”. Bromas aparte, está claro
que el usuario tendrá
que solicitar un cambio de tarjeta cada vez que cambie de un terminal con
Nano-SIM (por ahora solo el iPhone 5) a cualquier otro, y
viceversa. Todo con su consiguiente coste. El uso de adaptadores es una
solución que podría mitigar parcialmente el problema, ya que los probados hasta
ahora sólo son válidos para unos pocos usos. Seguramente este es uno de los
motivos por el que los adaptadores no han sido estandarizados junto con la
Nano-SIM.
Como
reflexión final, parece lógico plantearse
cuál es el verdadero motivo para que la empresa de la manzana haya decidido
introducir la Nano-SIM en el mercado. Considerando que la propuesta
fue elevada a los organismos de estandarización apenas 7 meses después de que
el mercado rechazase su iniciativa para introducir la software-SIM en el iPhone 5, parece plausible que Apple decidiera
cambiar de táctica pero manteniendo su estrategia. Al fin y al cabo no es la
primera ni la última vez que Apple se pone como objetivo cambiar las reglas del modelo de negocio
de las comunicaciones móviles o las relaciones con otros
players de la industria, como hemos visto recientemente con los casos de las
aplicaciones Maps y Youtube de Google.
fuente: blogthinkbig.com
veamos un video:
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